Rafael Franco-Steeves

Rafael Franco-Steeves

La vida del músico es una vida melancólica

14 February, 2019

Desde que el cantautor boricua Draco Rosa era muy pequeño, tuvo conciencia del racismo que abunda en los Estados Unidos. Nacido en Nueva York, donde pasó sus primeros años en el Bronx, terminó viviendo en Ponce y Peñuelas, Puerto Rico. En vez de encontrarse completamente a gusto, en la isla, su conciencia del Otro evolucionó. “El racismo siempre estuvo ahí, desde mucho antes de Menudo, desde [el Bronx], donde comenzó el drama del racismo”, dijo Draco en entrevista con Contratiempo, previo a su concierto en Thalia Hall, Pilsen, el 4 de diciembre. “Pero en Puerto Rico me convertí en Nuyorican, así que seguí siendo outsider”.

Esa contradicción, podríamos decir, siempre ha estado presente en su música como solista. A través de la música descubrió quién era de verdad. Su pasión por la composición comenzó de chiquito, cuando interpretó el papel del niño Oliver en el famoso musical Oliver Twist, basada en la novela de Charles Dickens. “Ahí es que empiezo a prestarle a atención a la composición”, aseguró Draco, quien ha recibido un premio Grammy y tres premios Latin Grammy por sus composiciones. De Oliver a Puerto Rico, donde de adolescente perteneció al grupo Menudo. Sin embargo, el camino no fue fácil. Cuando Draco audición, lo hizo junto a otros 300 niños y llegó a ser uno de los 9 finalistas. Sin embargo, no lo escogieron a él. Pero a la semana, nos relata, lo llamaron para grabar segundas voces en los estudios de Orlando. Cuando RCA firmó al grupo, necesitaban alguien que cantara en inglés y él era el único que dominaba el inglés, gracias a su niñez en el Bronx.

Pero Menudo, a pesar de convertirse en un lugar seguro para el joven, también representaba una especie de encajonamiento, donde no podía expresarse como de verdad él quería hacerlo. Durante los varios años que estuvo con Menudo, trabajó junto a los compositores del grupo, Carlos Villa y Alejandro Monroig. Aún así, era una vida de doble filo: “Todos teníamos que viajar y eso era un problema bien grande. Nosotros viajábamos con todo y maestros. Era como una tribu, un circo”. Sin embargo, fue durante su estadía con Menudo que fundó amistad con Ricky Martin, otro de los integrantes, y con el cual colaboraría con mucho éxito una década más tarde. Draco compuso las canciones más populares de Ricky Martin, incluyendo Living la vida loca y La copa de la vida. Esta última fue seleccionada como la canción oficial del evento deportivo más grande del mundo: la Copa Mundial de la FIFA, celebrada en 1998 en Francia.

El camino hacia el éxito como solista no fue nada fácil. No fue hasta muchos años luego de Menudo que logró obtener una total independencia artística. El resultado fue el disco de Vagabundo, producido por el renombrado guitarrista de la legendaria banda Roxy Music, Phil Manzanera. Con los números populares de Penélope, Vagabundo, Madre Tierra, Llanto subterráneo y Blanca mujer, el disco fue nombrado uno de los mejores 10 discos en la historia del rock latino por Spin, el magazín estadounidense de música de mucha influencia. Para finales de los 1990s, Draco había fundado Phantom Vox, una compañía de producción multimedia, produciendo discos para Ricky Martin y Ednita Nazario. El nuevo milenio, por otro lado, llegó repleto de nuevos retos. En particular, su batalla con el cáncer tuvo un gran poder influyente en toda su producción artística.

Hoy día, Draco no es sólo compositor y músico, sino que también es un hombre de negocios hecho y derecho, invirtiendo en la industria del café de la isla y escribiendo un libro de nutrición en tiempos modernos. Monte Sagrado, su nuevo disco, es un retorno al estilo y la intensidad de las grabaciones que hizo en los 1990s. Como motivo de su gira, tocó en Chicago el 4 de diciembre en Pilsen, en el histórico teatro de Thalia Hall. El espectáculo estuvo lejos de llenar la sala, lo cual demuestra que tal vez en Chicago su música no sea tan bien conocida como en Puerto Rico y el resto de latinoamérica, donde es muy común que toque frente a multitudes de docenas de miles de personas.

Tal vez nadie mejor que Draco para describir los subibajas de la vida del músico que sobrevive más allá de los 30 años de edad. “Ponerse viejo es puro cuesta abajo. Por eso yo soy fanático del transhumanismo y de la extensión de la vida a través de la inteligencia artificial”. “La vida del músico es una vida melancólica”, concluye Draco mientras planifica sus proyectos sin la oscura sombra del cáncer.

Posdata: Cuando Draco habla sobre su experiencia luchando contra el cáncer, asume un tono algo filosófico.

“El cáncer me da serenidad, paz, gratitud. Me ha hecho una mejor persona – más allá de la música. Lo tóxico ya se quedó atrás”, dijo pensativo. “Ahora quiero vivir el momento, quiero irme de gira, quiero enfocar en el café y el cannabis medicinal”.

Cuando uno busca información de Draco en el Internet, uno encuentra a los poetas malditos (Rimbaud, Baudelaire, etc.) listado entre sus influencias musicales como Sly Stone, Jim Morrison y Camarón de la Isla. “Esos eran dioses de la voz cuando yo era niño. Eran unos locos empedernidos, pero también podía hablar bajito, susurrar. Como los poetas malditos.”

 

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Rafa Franco
 nació en Puerto Rico. Es autor, periodista, fotógrafo, traductor. Colaboró en The New York Times Magazine, El Nuevo Día, Newsday y  The San Juan Star. Su libro Alaska (2007) recibió el Primer Premio Anual de Cuento del Instituto de Cultura de Puerto Rico en 2006; y más tarde, en 2009, el segundo lugar en el Premio Nacional de Cuento del PEN Club. También es autor de la novela El peor de mis amigos (Ediciones Callejón, 2007). Es colaborador asiduo de contratiempo