Irena Cajkova

Irena Cajkova

Ondřej Kobza: Conversando al aire libre

5 July, 2019

Le dicen el cafetero, sin embargo, Ondřej Kobza es mucho más que el dueño y el cerebro detrás del Café V lese (Café “En el bosque”), uno de los cafés y espacios culturales más populares en Praga.

Además de cafetero, Kobza es conocido como un activista cultural que cambia la cara de las ciudades y pueblos, tanto en su país natal como fuera de las fronteras checas, activando espacios públicos.

Ondřej Kobza creció en un pueblo en la región de Bohemia del Este, rodeado por la naturaleza y los bosques; donde ya a los diecisiete años alquilaba la sala del club de bomberos voluntarios para realizar sus pri- meros proyectos comunitarios.Tal fue el caso, que ante el muy publici- tado concierto de Michael Jackson en Praga, en septiembre del 1996, el adolescente Kobza, un gran aficionado de The Doors, organizó el mismo día su primer “rockoteca”.

Al trasladarse a la capital, el joven rebelde encontró más espacios y almas afines para emprender sus iniciativas culturales. Hace ocho años abrió su primer café que se ha convertido en una importante institución artística y gracias al cual se le apoda al barrio que lo rodea “el Montmar- tre de Praga”. La idea detrás del café fue crear una “sala de estar” que le permitiría a la gente crear nuevas amistades, reconocer sus talentos y encontrar juntos la inspiración para emprender sus propios proyectos.

Después de Café V lese siguieron Café Neustadt y Bajkazyl (“asilo para las bicicletas”) a la orilla del Río Vltava, donde además de tomar café los clientes pueden dejar arreglando sus bicicletas.

Para Kobza, quien no tiene la ambición de servir el mejor café de Praga, la bebida cafeinada es solamente un pretexto para juntar a la  gente y a través de sus invenciones provocar, motivar la espontaneidad   e inspirar a otros a tomar un rol activo en sus comunidades y espacios públicos. Lo que Kobza espera comunicarle a la gente es que intervenir en la vida de un pueblo está permitido y que todos tienen la posibilidad y el potencial de hacer el espacio urbano más agradable y habitable.

Su proyecto Pianos en la calle, el cual dió a conocer al activista en el resto del país, nació por casualidad un día de verano cuando el dueño de Café V lese decidió poner una alfombra y sacar el piano a la calle enfren- te de su establecimiento. Hoy día, hay más de cincuenta pianos en las calles y espacios públicos en diferentes ciudades del país.

El video de un extranjero tocando Para Elise de Beethoven en el piano que Kobza instaló en el aeropuerto de Praga, ha sido visto más de cuarenta y cuatro millones de veces en YouTube. En el mes de octubre del 2018, el músico islandés, Ólafur Arnalds, tocó el instrumento que reside en la estación de trenes del centro de la metrópolis bohemia para gusto de los viajantes.

Después de los pianos, siguieron las mesas de ajedrez. A través de crowdfunding, el activista y aficionado del juego recaudó suficientes fondos para traer el noble pasatiempo a los parques capitalinos. Hasta el momento, más de setenta ciudades checas se han unido al proyecto Ajedrez en la calle. Las piezas producidas en colaboración con el centro Rubikon, que ayuda a personas con pasado criminal a reintegrarse en la sociedad, se pueden alquilar en los cafés, centros turísticos o biblio- tecas locales.

En marzo de 2015, el famoso cafetero presentó su siguiente proyecto: un autómata de poesía “Poeziomat”. Al apretar el botón del extraño dispositivo en forma de un periscopio que parece salir del subsuelo,    los transeúntes pueden seleccionar entre veinte  poemas  grabados  en las voces de los poetas presentados. Según Kobza, “así suenan misterio- samente de verdad. Casi parece como si alguien estuviera escondido en el subterráneo.”

El primer expendedor poético fue instalado en Náměstí Míru (la Plaza de la Paz) en el centro de Praga. Actualmente, los amantes de poesía quienes como Kobza prefieren disfrutar los versos al aire

libre, pueden oír las voces de sus poetas preferidos procedentes de un curioso tubo de acero en Edimburgo,  Londres,  Nueva  York,  Belfast, Kiev, entre otras ciudades. “A mí me gusta leer la poesía en voz alta en plena naturaleza. Uno la percibe de otra manera cuando pasa volando un pájaro, cuando cae la llovizna ligeramente, se oyen las campanadas de una iglesia… De repente las palabras le impactan de diferente forma,” señala el autor del Poeziomat.

A la pregunta por qué hace todo lo que hace, ofrece una respuesta sencilla. Según Kobza, casi todos tenemos una necesidad natural e in- nata de co-crear o participar en la creación del espacio que nos rodea, y que en su caso esta necesidad es simplemente un poco mayor.

Para el autoproclamado millonario en cuanto a  las  experiencias vividas, realizar sus sueños es una cosa, sin  embargo,  últimamente prefiere centrarse en ayudar a otras personas a hacer sus sueños la rea- lidad: “Puede ser desalentador para la gente comenzar un proyecto, ya sea porque les preocupa que no puedan llevarlo a cabo o que no estén prepara- dos financieramente. Así que nos gustaría cambiar eso, compartiendo con ellos nuestro conocimiento y experiencia, para que no se sientan abruma- dos por comenzar algo propio. Nos hemos dado cuenta de que sí es posible convertir las ideas en algo real y eso es en lo que nos gustaría ayudar”.