Rafael Ortiz-Calderón
Poeta Local: Rafael Ortiz Calderón
31 March, 2023
#CronistasDelSantiamén
El drama del tiempo yace enroscado en el presente; no existe,
oscila entre saltar y caer en una serie marcial de ‘ahoritas’
un segundo tras otro que no se pueden descarrilar, un espacio
sin paredes, una resonancia sin eco
pero no hay algo tan devastador como el ‘ahorita’; para ser
más preciso el ‘ahoritita’.
Todo santiamén se topa con el ahorita; el ahorita es atemporal,
es un conejo salido del sombrero de un mago, no tiene pasado,
tampoco futuro.
Es un punto sostenido en el aire, un desencuentro entre el ya
vuelvo, pero no me he ido.
Podría ser el here and now, pero el ahorita es más exacto.
El ahorita es el instante intermedio de un estallido de espasmos
involuntarios fusionándose en medio de dos ombligos.
Es el relámpago puntual para desprenderse del cuerpo, o un
parpadeo preciso de Dios.
Es la historia de un intervalo atrapado en un tictac llevándose
los sueños y deshebrando ilusiones.
El ahorita está enroscado en el control remoto a la espera de
un clic para desgajar miradas, dando brincos en un solo pie
para sostenerse en el aire.
Vivir en el ahorita me lacera, es negar las historias en la vieja
hamaca bajo las sombras de un almendro, sin percatarnos de
los gorjeos de las palomas poblando las enramadas.
El ahorita es un grito colgado de la lengua de un traficante de
miedos y espejitos.
Pero ya no suspires obstinado al momento, el tiempo es
menos tiempo, se ha ido desgranando cada segundo; ahora
los siglos duran diez años, diez gemidos
diez clics.
El atorón entre el aquí y ahora nos está lapidando;
despósate o arrímate a una gitana, una poeta, un
nigromante, o a una mujer embarazada ellos no garantizan
nada, pero sí ven el futuro.
El pasado se detiene a cada instante por el ahorita, pero el
futuro solo existe por la esperanza, El ahoritita es el
picapedrero de la eternidad, ritmo del corazón, pero no te
fíes de él, tiene un futuro incierto…
para despistarlo, esconde los relojes, abre las ventanas y
desempolva la sorpresa. Lo más cercano, exacto y
placentero al ahorita: la petite mort.
El ahorita, el tantito, y el luego luego son la extensión de
una muerte que se mueve paso a pasito, como si la dictaran
los semáforos de la gran urbe.
El tiempo de mi pueblo está desapareciendo; la vida urbana
degolló el ahorita, está descuartizado en una agenda, pero
no te confundas, el futuro agendado, solo registra la vida
citadina; el futuro de mi terruño se calculaba con latidos.
El ensanchamiento del vaho caótico no empezó con el gran
estallido sino con el esclarecimiento del ahorita; es como
tratar de explicar un agujero negro de un cosmos
desarreglado en una clase de negocios.
El ahorita lo podemos ver y palpar en la degradación de los
cuerpos; escucharlo en el aire dejándose venir a través del
susurro de una ocarina, flotando nota a nota entre dos
pieles decidiendo que no es lo mismo dormirse ahorita…
que dormirse en el acto.
#LaGranEstafa
Antes de salir a la agonía diaria, ventanear mundos
simulados, no olvides las ansiedades, ni que el avanzar está
sujeto a negociar con los sueños y circunstancias.
Desayuna tu pizza fría, carga tu celular, mírate en el espejo,
cierra los ojos, respira profundo, repite:
“Eres único, especial, the best hijo de Pta (opcional), listo
para aplastar a otros” y vete a la oficina.
Yes sir!
al escritorio que tanto odias, a las reuniones que no
resuelven nada; y tu jefe apuntándote al entrecejo con un
lápiz amarillo con movimientos exactos que te menguan
recordándote que apenas eres un holograma de la empresa,
un número de placa de auto viejo; pero tú, vacilante
reprimiendo el deseo innato de escupirle la cara,
imaginando el crimen perfecto
right there, on the spot.
pero hay muchos testigos y empiezas a dudar de ti mismo.
El tedio y el miedo a la vida te amordazan disolviéndote en
tus zapatos y en la posibilidad de ser diferente porque no
has aceptado la gran estafa…
trabajar de 9 a 5, gastar y obedecer para ser felices.
Lo más lamentable aplicado a los torcidos:
creer que escogen
pero solo disponen.
#UnfckYourSelf
Rafael Ortiz Calderón
Mexicano, escritor, fotógrafo y académico. Se desempeña como profesor en el área de humanidades en diversas instituciones de educación superior en Chicago. Su obra ha sido publicada en antologías y revistas literarias en México y en EE. UU. Su poemario #VirtualismoMágico, -168 pp. Es una aproximación a una crítica cultural de la sociedad industrial contemporánea; es una propuesta ante el colapso de la naturaleza y la degradación humana como secuela de un progreso sin progreso. Este poemario da cuenta de una poesía inmediata, conversacional y realista.