
Roger Santiváñez
Seis poetas iberoamericanas en EE.UU.
21 September, 2020
Reunidas en esta pequeña muestra de poetas iberoamericanas residentes en los Estados Unidos, están: Madeline Millán (Puerto Rico), Violeta Orozco (Mexicana). Ethel Barja Cuyutupa (del Perú), Silvina López Medín (Argentina) & las españolas Azahara Palomeque & Marta J.Sanchís. Todas ellas –talentosas creadoras- tuvieron la bondad de enviarme material inédito que aquí presento con el mayor gusto & agradecimiento. Les aseguro que será un disfrute. Siempre en poesía.
SILVINA LÓPEZ MEDIN. Nació en Buenos Aires y vive en Nueva York. Publicó los libros de poemas La noche de los bueyes (Madrid, Visor, 1999), Premio Internacional de Poesía a la Creación Joven de laFundación Loewe, Esa sal en la lengua para decir manglar (Buenos Aires, del Dock, 2014) y 62brazadas (Zindo & Gafuri, 2015). En 2020 su libro Excursión será publicado por Bajo la luna. La primera sección de este libro, “Excursión”, traducida al inglés por la autora, obtuvo el Oversound Chapbook Prize 2019 con la poeta Mary Jo Bang como jurado y fue publicada en Estados Unidos por la editorial Oversound (2020). Su libro Poem That Never Ends [Un poema que no termina nunca] obtuvo el premio Essay Press y será publicado en 2021. Su obra de teatro Exactamente bajo el sol se estrenó en el Teatro del Pueblo (Buenos Aires, 2008) y recibió el Tercer Premio de Obras de Teatro del Instituto Nacional del Teatro. Co-tradujo, junto con Mirta Rosenberg, el libro Eros the Bittersweet de Anne Carson (Fiordo, 2015) y la antología de poemas Home Movies de Robert Hass (Z & G, 2016). Realizó una maestría en escritura creativa en inglés en New York University y es editora de Ugly Duckling Presse.
It fades, fades and fades
Alzo una remera para observar su color
después de otro lavado
como si la única dirección posible fuese siempre
hacia la pérdida de intensidad
it fades, fades and fades
podría ser un estribillo
pero es un eslogan
un viejo comercial de jeans
otra forma de hablar de lo que no termina nunca
de desvanecerse,
pero si lo digo
pero si lo escribo
qué hay de la marca
de esa insistencia
las zonas donde mi jean se ha desteñido
ahí donde el cuerpo tiende a buscar apoyo esa tela
que vuelve a ser hilo
estas manchas
ahora
en los dedos
tinta
la intensidad del azul
it fades, fades and fades
podría cantar
cada vez
y cada vez
tu cuerpo estará ahí
como diciendo
no
necesariamente.
Dear Friend
Desde que me instalé en esta ciudad
empiezo de nuevo
hay demasiada fijeza en instalar,
desde que llegué a esta ciudad
no, no se llega. Desde que estoy
en esta ciudad
la gente dice el otoño cómo tarda
yo junto las puntas de mi abrigo
y repiten esto es nada
ya verás
lo que es
el frío
que no te agarre por sorpresa, dicen
con sus brazos desnudos.
Lo que se construye así
es suspenso
no sorpresa
diría Hitchcock, su media sonrisa,
al advertirme del frío
a mí, espectadora de esta ciudad
me incluyen en la escena,
ahora temo
el frío
temo
la desnudez de mis manos
cómo sabré elegir
el grosor de un guante
cuántas capas de tela
y la primera nieve, Alfred
en términos de cine
qué es
si no es tormenta, no implica un estallido.
Desde que estoy en esta ciudad, decía
y noto
esa película que empieza así:
una voz en off dice una frase
y se corrige
y se corrige.
Esto no es Manhattan
pero no es
tan lejos, uno puede ver esa otra ciudad desde acá
casi una pantalla
cómo me gustaría subir el volumen de la música
como sucede ahí, en ese principio
a ver si se me pasa el miedo
me han hablado tanto
del frío
sólo sabrás de él cuando llegue
así me hablaban también de la maternidad
entretanto soy madre
y no sé
me pasa que los botones a veces no coinciden
con los ojales
y mis hijos van con las camisas
como fotos movidas y si a eso
se sumara el frío
cómo haré para que no se filtre
pienso y los abrazo
sólo sabrás de él cuando llegue
así también me hablaban del amor
no sé, no se llega
se está
en esta ciudad
así estamos
sentados en un banco
mirando las copas de los árboles.
ETHEL BARJA CUYUTUPA. Nació en Perú en 1988. Es poeta, traductora e investigadora literaria. Publicó los libros Trofeo imaginado entre dientes (2011), Gravitaciones (2013), Insomnio vocal (2016), Travesía invertebrada seguida de Wandeo (2019). Su escritura se incluyó en Voces al norte de la cordillera: Antología de voces andinas en los Estados Unidos (2016) y en las revistas Hostos Review, Inti, Lateinamerika Nachrichten, alba.lateinamerika lesen, entre otras. Recibió el Premio Cartografía Poética 2019 (Perú) organizado por Lumpérica Cartonera. Estudió Literatura en la Pontificia Universidad Católica del Perú, es maestra en Literatura Hispánica por University of Illinois at Chicago. Actualmente estudia un doctorado en Estudios Hispánicos en Brown University, dirige Gociterra, portal de crítica, creación y traducción y es colaboradora de TraLaLit, plataforma de literatura en traducción.
Caminantes
Costilla rota del tiempo geológico,
quiero ver otra vez los volcanes.
Hueso quebrado de la duración,
el polen enfermo no sabe a dónde ir.
Cruzamos cuando las venas
de la montaña acontecían nítidas,
cuando cruzar era un verbo inocente
de vientre rosado
y no éramos esos soles
colgados en la hoguera
sudando el silencio
que otro enhebra
para coser su tambor.
2020 año de la poesía antiviral
A Esther Cuyutupa
Cuando tu día se hace jardín
y jadean sus rincones
de plantas carnívoras
Cixous levanta la ceja con desaprobación
El valor, me dice, es lo más grande.
Valor de tener miedo…
a veces se asocia maliciosamente
a mi alrededor
la materia inacabada
populosa criatura
el miedo es alcanzar
una botella en el extremo izquierdo del aparador
día 60
viaje alrededor de mi escritorio
pero dice el especialista
cuando la imagen es nueva
el mundo es nuevo
pero las puntas simétricas
caen sobre sí mismas
sueña el telar el doblez malsano
global race to develop a vaccine
intervalo-esperanza ciencia ficción
en una taza con dos de azúcar
la nuda-alegría de saber a cuenta gotas
el otro lado rezumando
debe ser la entrada del verano
la humedad y el retorno
del bocado de antes
del perfume tuyo tan tuyo
de tus pies sobre la hierba
para que no te rompas
recojo las creencias que me quedan
miro al cielo sin saber qué veo
son 100 000 aquí en una fosa
al sur en arenas finas
los despide el oleaje del Atlántico
entre las últimas noticias
el cosmos avanza al revés
time reverses
sí, en algún lugar están vivos todavía
mi territorio tiene las horas en deuda
con el rugir del color de las retamas
la escisión mirándome
es la paradigmática del deseo
en otra parte se dice con las vocales templadas
se dice con la sílaba a media cocción
ojos-fuego en tu tejido míos en tu pulso
sincopada mi memoria
en el oficio humano de dejarse morder
por los días en que aprendiste las primeras cosas
distancia y tiempo sin velocidad
encía apenas
yo espero
AZAHARA PALOMEQUE (El Sur, 1986) es una poeta y escritora española. Es autora de los libros Año 9. Crónicas catastróficas en la Era Trump (RiL Editores, 2020), RIP (Rest in Plastic) (RiL Editores, 2019), En la Ceniza Blanca de las Encías (Isla de Siltolá, 2017), American Poems(Isla de Siltolá, 2015), y la plaquette bilingüe El Diente del Lobo/ The Wolf’s Tooth (Carmina in minima re, 2014). Palomeque ha publicado numerosos poemas, cuentos y ensayos en revistas culturales españolas, estadounidenses y latinoamericanas, Licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, posee un Máster en Estudios Luso-Brasileños por la Universidad de Tejas en Austin, y es Doctora en Literatura española y latinoamericana por la Universidad de Princeton. Palomeque reside en Filadelfia, donde trabaja incansablemente en varios proyectos. La traducción al inglés de American Poems será publicada durante el verano de 2020 por la editorial neoyorkina Coolgrove.
I
mirar
de tus nudillos a mis nudillos, hay una ética en ese pronombre
compartido a la carne a través
de los ojos.
los puños salen porque no pueden hacerlo las mejillas, la afirmación
mullida con que la tristeza nos propone
como fluido aliado,
como alígeros compañeros de basura y elegía, deportados
del cuerpo – como espiral.
hay algo de una gran desobediencia en el lenguaje críptico que abarquilla
los dedos, como el rostro súbito en una pared antigua
parece Dios
sólo a los locos. un tendedero
de falange a falange pasando por la palma: podría ser,
vigilada, la frontera a una respuesta
o el silencio umbilical
de una osadía. podría – la línea – estar sólo hecha
de heno,
mientras la observo.
es de un tierno imaginar tanto miedo, esta juntura.
II
si aúnas
tu ripio con el mío, lo que nos queda: la elegía ajena
de la carne
cuando no embalsamada,
cuando no inscrita en la cuadrícula con cemento azul
de los días y sus dioses.
un matiz de escombros guarda el músculo encenagado pero seguro que yo
también poseo: pináculo
para esta noche verdecida, aguijón
que a su suerte aún domina este chaflán de mapa.
si enhebras
con la otra pérdida lo que te torna
una miaja vegetal, castigo secular de la célula muerta, maquinaria
corruptible que ora,
ya verás que de repente la ceniza tiene otra urdimbre,
sigue ardiendo
porque podemos matar como momias.
sobre mi pecho
una hormiga roba tu efigie en el espejo.
MADELINE MILLÁN es poeta, narradora y traductora puertorriqueña. Ha publicado 7 libros, 2 de ellos combinan poesía y cuento. Leche/Milk fue Premio Nacional de Poesía (PEN Internacional de Puerto Rico, 2009), y Contracantos: Del aire a la rosa obtuvo mención de honor (diálogo con 22 pinturas inspiradas por el Canto V, Divina Comedia de Dante, del PEN Internacional de PR, 2014). Que el mar no me falte es su antología personal poética (Editorial Isla Negra, 2019). Crea y dirige con Pilar Blanco, “Casa Pilar”, residencia de artistas, científicos y escritores en Chapala, México. Su página en construcción: madelinemillan.com
La niña del napalm
Todos nacemos con un árbol y a los pies de un árbol nace la sombra.
Esta es la pavana de un árbol difunto, pero ella, ella no lo sabía. Cenizas de un pomu centenario.
Laberinto aéreo, ramas y cuerpos en fuego.
La niña iba quitándose la ropa incendiada mientras corría. Tanto amaba la sombra a la niña del napalm que se le adelantaba o se acomodaba detrás de su espalda. La carretera parecía una
escalera interminable. Cada uno muere el día en que muere su árbol. Su sombra larga, densa,
siguió atada a ella. La niña le huía por miedo, sin poder reconocerla.
Un día salió el sol. Otro día la niña dejó de ser niña. La sombra le echó el brazo por el hombro y,
sin decir nada, se sentó con ella.
Dos gatos murieron frente al agua
Frente a la fuente de agua
Ojos azules y verdes
Miraba hipnótico
El dictador, Adolfo
Un vacío dejó
A Verónica de brazos
Ella, quien venía anunciando
Sus gatúbelas nupcias
Casamiento entre humanos
y gatos terminará en cenizas
Tres meses después frente a la misma fuente
Otro funeral proclamaron:
¡Franco, el emperador, ha muerto!
Estatuario y silencioso, descanse en paz
La viuda de los gatos, llora que llora
Mientras, dos gatas desembocan
Felices de sus cuevas al rio
Maúllan, runrunean, las reinas felinas
La muerte de los gatos malvados
les trajo una justicia poética
Ahora, sin miedo, se meten a la cama
Entre sábanas y el sudario de Verónica
Comen atún, hierba gatera, beben veloces
La fuente le habla a la gris y a la egipciaca
Pero, astutas las gatas, se esquivan de la fuente
Para vivir, resolvieron, nunca escucharla
Ni mucho menos mirar a los ojos del agua
MARTA J. SANCHÍS FERRER (Granada, 1990) es Licenciada en Psicología por la Universidad de Granada y MFA en Escritura Creativa en español por New York University gracias a una beca Fulbright. Resultó finalista del concurso de relato Málaga Crea (2017), el XII concurso El Laurel (2017), y ha publicado relatos y poesías en revistas literarias tanto digitales (Obituario, 2016) como impresas (América Invertida, 2019; Caligrama, 2019; Egg y Pan Magazine, 2019; Ediciones Evohé, 2017; Mordida Literaria, 2017). Fue becada para residencias de escritura en Toledo (marzo 2016) y Celano, Italia (Abril 2017). Actualmente realiza el doctorado en Hispanic and Portuguese Studies en la Universidad de Pensilvania.
1,
El intermedio entre dos silencios
Exhausto está el espacio cuando
en medio de las dos
inventamos una palabra
Te veo con un ojo que te mira, un ojo que te mira quieto, buscando permanecer inmóvil y demostrar un tiempo suspendido
Trato de articular lenguaje:
no sé si detendrá el dolerse
En instantes encontramos placer
en los trapecios, la parte posterior de las rodillas, el interior de los tobillos, los músculos isquiotibiales, la última vertebra de la columna. El lenguaje de la sanación no es el tacto porque la piel después de doler se agrieta
Nos miramos
Queremos salvar la fractura abierta de la lengua con un ojo entrecerrado y quieto;
un solo ojo basta, es suficiente
2,
Duerme, mi amor, duerme, que yo te lameré la cara, te daré el calor de mi lengua, la humedad de mi respiración y limpiaré las durezas que se forman en las esquinas de tus ojos, los puntos dorados en las pestañas, el fluido que recorre tu frente por las mañanas, lavaré la saliva blanca de la comisura de tus labios y con la lengua plana estabilizaré cada una de las partes de tu nariz; tan grande tu nariz, tan roja, tan hermosa
3,
Manos y venas que resaltan en manos
Nariz y orificios que se agrandan para permitir
un mayor paso del aire
Vienes a ofrecer tu cadera, tu cresta de Ilión,
te acercas enseñándome una pelota de goma
que guardabas en la parte baja de tu espalda
Ha provocado un moretón
Lamer la axila, entrar al olor de la otra
el sabor afincado deshaciéndose en el paladar
Si han pasado los años;
deseo domesticado que viene a quedarse
abalanzarse;
un cuello clavado a la espalda
desde el cráneo hasta la última vértebra
El músculo de una ingle cede bajo la piel de los párpados
VIOLETA OROZCO (Ciudad de México, 1989). Escritora mexicana. Poeta bilingüe, traductora y ensayista. Autora de El cuarto de la luna (Literal, 2020). Tiene un libro de poesía en imprenta en Cuadrivio ediciones. Actualmente realiza el doctorado en Literatura y Cultura Hispánicas en Rutgers University, en donde investiga poesía y performance feministas de chicanas y mexicanas. Es egresada de la carrera de Filosofía y Letras inglesas por la UNAM, Maestra en Lengua y Literatura Hispánicas por Ohio University. Ganó el Premio Nacional Universitario de Poesía José Emilio Pacheco en 2014. Ha colaborado en revistas como Punto de Partida, Carruaje de Pájaros, La Palabra y el Hombre, Taller Literario Igitur y ha sido invitada a participar en varias antologías de poesía de EU y lecturas de poesía bilingüe. Su primera plaquette escrita en inglés, The sleepless generation será publicada por Andante Books este año. Junto con la reconocida periodista peruana Claudia Cisneros, ha organizado múltiples lecturas de poesía multilingüe y feminista en donde ha reunido a poetas de diversas latitudes en el colectivo “Speak up women” que ambas fundaron. Actualmente está traduciendo el libro Les reflets du verbe (2019) del poeta algeriano Hamid Larbi y prepara una antología bilingüe de poetas norteamericanas feministas de los setentas.
MUSEO DE ARTE DE FILADELFIA
No puedo recobrar a mi padre leyéndome en el parque,
su voz alternando el ritmo de la luz que sube y baja por el columpio
la luz palpitando bajo las hojas niñas,
un centro en el espacio un estanque de tiempo / nunca seco siempre
El jardín existe oasis / círculo /imagen / el ojo de una lente convexa
que me escucha leerle a mi padre en su recámara que da al jardín/ a la ventana que lo
transparentaba/ distorsiona su dimensión y ritmo/ concentra la calle/el vecindario/el país
en un círculo de luz enmarcado de verde, las hojas de la enredadera forman un marco en
el cuadro, en la foto que nos sacó mi madre en Filadelfia cuando la ciudad era
joven y mi hermano estaba adentro de su panza, asomándose a la orilla de la
foto desde la membrana transparente de su vientre, el jardín una película de luz que sus dedos
rosados tocan, una cortina de hojas de parra en la higuera que estiraba su brazo hacia mi cuarto
que comunicaba con el jardín estiraba la mano para recibir un higo / ensangrentar el pasto
lleno de luz que nos borra la cara
FLECHA ENVENENADA
El veneno de los sapos
más relucientes del Amazonas
no siempre se contagia
a través de la piel.
a veces basta una mirada
llena de desprecio
para tirar un avión
de Brasil a Nueva York
con más de quinientos pasajeros
en un segundo
No se trata de los ojos
el veneno se pasa
como el gusano del cisticerco
del estómago al cerebro
La flecha devora millas
se abre camino entre las orquídeas
y hasta los jabalíes,
los reyes gordos de la selva,
levantan polvaredas
tan pronto adivinan
el olor del veneno rojiazul
esconden a sus hijos
debajo de las hojas
del árbol más alto del planeta.
Yo me revuelvo en mi cama
tratando de esquivar la flecha
el salto de los sapos
por encima del estanque
devorando millas
paralizando insectos en su vuelo
desviando la trayectoria
de lianas y enredaderas
para que no me toque
la palabra enferma
que me acecha como una araña
para emboscarme
tan pronto me adormezca.