Carlos Arango

Carlos Arango

José Agustín y la contracultura

4 March, 2024

Han pasado los días desde el deceso de José Agustín, el escritor que dio voz a los jóvenes rockeros, los hippies, los jipitecas, los beatniks, los punks y toda la voz de rebeldía de los jóvenes sesenteros. Conocí a José Agustín en el 64, cuando recién había publicado La Tumba, novela por la que se le conoce. Juan Rulfo definió la obra La Tumba como una de las obras que liquidaría al pasado literario tradicional mexicano. Con sus obras, José Agustín quizás sin proponérselo inició un movimiento que Margo Glantz llamó “literatura de la onda”, aunque a José Agustín no le agradó mucho la definición. Gustavo Sainz definió La Tumba  como un escupitajo a las buenas conciencias, que inventaron a los rebeldes sin causa. Ambos escritores entendieron que la dictadura perfecta había llegado a su fin, que el país ya no era el mismo, que “las buenas conciencias” y la oligarquía escudada en la revolución mexicana vieron estallar en sus caras  la revuelta del movimiento de 1968, en el que los jóvenes salieron a enfrentar el sistema social y la religión que habían mantenido amordazado al país.

El libro La Contracultura en México surgió más o menos por 1966, vio nacer los grandes movimientos y las manifestaciones contraculturales más importantes que ha tenido México, tales como los pachucos, los existencialistas, las pandillas juveniles o el rocanrol. Su otro libro emblemático, De Perfil, creó revuelo en el mundo intelectual de la época, porque se trataba de una nueva narrativa vista desde la óptica de  jóvenes que creían vivir el milagro mexicano, que derivó después en la pesadilla del FOBAPROA, la masacre de Tlatelolco, la devaluación del peso y el fracaso del liberalismo. Su obra De Perfil nos habla de la experiencia de vivir en la Ciudad de México desde su departamento en la Colonia Del Valle (con su compañera Margarita, que yo diría era bellísima.) En el departamento se reunían varios chavos, rolaba la mota y se hablaba de literatura y de la vida en la ciudad.

A José Agustín le tocó vivir la era de los macizos que preferían la mota al alcohol, los que favorecían los hongos alucinantes y el LSD. Los viajes psicodélicos pasaron a ser parte de la cultura en esos años. A los hippies y jipitecas, los chavos banda, punks, rockeros y metaleros les tocó de herencia después.

No quisiera dejar de mencionar la novela Pasto verde de Parménides García Saldana, que es sin duda precursora de este movimiento contracultural que rompe con la literatura indigenista y de la revolución mexicana, para contar al igual que José Agustín y Gustavo Sainz Gazapo, la vida urbana de la Ciudad de México. Cabe mencionar aquí que en la obra de José Agustín y de Parménides la música juega un papel muy importante. En el caso de José Agustín, el autor comenta en una entrevista que escribía escuchando a Pink Floyd. De ambos se podría decir que eran melómanos, así lo reflejan sus libros.

 

 

El negro Durazo uno de los seres más obscuros de México, jefe de policía, traficante de influencias y criminal, encarcelo a José Agustín por una bolsita de mota, que le encontraron en uno de sus viajes a Acapulco de donde él era originario. Lo encarcelaron en la penitenciaría Lecumberri donde tuvo la fortuna de conocer a José “Pepe” Revueltas, escritor, maestro y miembro del grupo Miguel Hernández de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Años después de ese encuentro José Agustín dejó la Ciudad de México y se fue a Cuautla donde podía ver los volcanes, además de tener una casa espaciosa. No sé si ahí escribió Ciudades Desiertas, que siento describe a las ciudades gringas. La novela que me parece imperdible (para cerrar este relato sobre Agustín) es La Panza del Tepozteco, un libro lúdico donde un grupo de niños se encuentra con sus antepasados. Un acercamiento con  sello de  fantasía e ironía que caracterizó a José Agustín

Al momento de enterarme de su deceso, en el obituario publicado por Los Ángeles Times se leía: “Muere, el Rocanrolero rebelde, psicodélico y original escritor mexicano José Agustín, autor de La Tumba y Se está haciendo tarde, considerado como parte de la generación de Literatura de la Onda pese a sus reticencia. Tenía 79 años.”

 


Carlos Arango es escritor mexicano, reside en el área de Chicago. Organizador y activista por los derechos de los inmigrantes en los Estados Unidos. Ex-director ejecutivo de Casa Aztlán y fundador del Frente Nacional de Inmigrantes.