El Taller Literario de contratiempo

El Taller Literario de contratiempo

Textos del taller de poemoides

28 December, 2023

Gracias a la generosidad y al espacio de contratiempo, poetas de varios países de Latinoamérica escribieron, durante dos domingos, maravillosos poemoides. Aquí presentamos la selección de algunos de estos textos o textículos, si usamos el término que Gerardo Deniz, patrono de este taller, daba a su propia búsqueda poética. 

El primer ejercicio consistió en emular la poética de Reseñas en un tuit, del poeta Luis Eduardo García, mientras que el segundo fue un ejercicio de escucha y, el tercero, un poema a partir de noticias encontradas en un diario.  

Selección de textos por: Xitlalitl Rodríguez Mendoza

 

Aviones 

El viento del noroeste 

arrastra palabras

en la madrugada 

en que aviones y abejas 

zumban lo mismo

 

II

Mis pensamientos son tolvaneras 

a la orilla del camino 

que sobreviven la velocidad del coche

que me lleva de vuelta a casa

 

un eco reverbera 

en la sobriedad sigilosa de montañas 

se disipa

el eco

en ondas acústicas que aman

la ubicuidad del viento

son un viajero gitano

que procuran el beso del tambor 

de tu oído izquierdo 

 

III 

Mi voz

ese hilo de aves migratorias 

que desorientadas

jalan con su pico

una sarta de palabras

un mensaje que se estrella 

en pleno vuelo

y se desploma antes de encontrarte

o quizás después 

 

IV

Las preguntas son un turbio enjambre 

de avispas asesinas

necesitamos un entomólogo 

o por lo menos un fumigador

 

Alma Isela Garcia Soto nació en Colima, México en 1983. Ha publicado poemas en la antología Jaula de Versos, Diario el Noticiero, la revista Contraste y contratiempo. Actualmente reside en la ciudad de Chicago.

 

 

Reseña del libro: Poesía morosa. Prositas de amor contra el SAT. De Xitlalitl Rodríguez Mendoza (Ediciones Ícaro, 2022)

Pesa 100gr. La portada es de color crema pastel, tiene una serpiente camufleada. Huele a un croissant carísimo de París. Sabe a cerveza estrella sudadita, refresca la vista y el cuerpo. Lo puedes llevar con tus vecinas y recordarles que deben pagar la tanda.

 

La hora de los albañiles 

Ruidos de motos

marcan el tiempo

los albañiles

llegan del jale

o apenas van

 

Diez horas de jornada

la hora de los albañiles

programa de radio

un churro y una kaguama

relajan la chinga

 

Juegan una cascarita

antes de llegar a casa

o

una manita de pokar

apuestan la chiva

 

Al final de su vida laboral

envejecen

y el ruido de motos

ahora se escucha lejano

 

Cine ideal 

Angustia de un querer

un sábado violento

camino del odio

los tambores hablan

una vida sin rumbo

mujeres en venta

sangre sobre la tierra

hombre en la sombra

de aquí a la eternidad

  

Ana Guerrero / Ciudad de México, 1960. Aparece en la Antología del 23 encuentro internacional de poetas, Zamora, Michoacán (2019), así como en las antologías Raíces literarias (2020), Yo quería llamarme Emilio, como tú, y otros poemas (2021), Blavatsky. Antología del taller de poesía de Grafógrafxs (Grafógrafxs, 2022) y en Desgracia, ebriedad, locura y tal vez Illinois. Poemas de amor de Grafógrafxs (2022). Es integrante del taller de poesía de la revista Grafógrafxs.

 

 

Aguardiente, bebida alcohólica colombiana, 2023 

Botella transparentosa de 375 ml, licor seco con sabor a esencia de anís. Sabe dulce y a veces amargo, con sabor a frutilla, a jugo de cajita de la lonchera de la escuela cuando estás contento y sin preocupaciones. O amargo como el sabor de la hiel cuando ahogamos las penas y nos tiramos a la desesperación. Se usa para celebrar y también para aliviar el dolor. 

 

El silencio de domingo 

Pájaros cantantes 

Brisa que reconforta. 

Pequeños atisbo de una risa lejana 

Los perros ladrando a las hojas que caen 

Domingo de silencio

 

El vallenato sonante en la casa ajena 

El olor a sancocho, chicharrón y canela 

Las campanas de la iglesia invitando a la consagración

Domingo de silencio

 

1 campanazo, 2 campanazos, 3 campanazos 

1 vallenato, 2 vallenatos, 3 vallenatos 

Domingo de descanso, de silencio y de ruido rutinario

 

Carolina Isabel Ayazo Urueta, nacida el 8 de agosto de 1996, profesora de lengua inglesa. Originaria de Colombia, ha enfrentado desafíos significativos al ser desplazada por la violencia en su país natal. Obtuvo su título a través de una beca lo que refleja su dedicación por las letras. Carolina cree en el valor trascendental de la libertad, lo que la motiva a buscar un mundo más justo y equitativo.

 

 

Diente de león

De la base de la melena nodriza 

despegan pelotitas de bádminton

las navecitas –gallitos—planean el trayecto

surcan las corrientes de aire

y sin necesidad de gastar energía

suavizan el descenso

llegan a lugares lejanos y desconocidos

las diminutas naves cargadas de semillas

aterrizan y descargan

algunos días después

un brote verde espagueti 

puede distinguirse de entre la maleza

su propósito: sostener la nueva estación nodriza

y guardar el maíz en Svalbard

el colotl —el gran granero—

 

11 de marzo de 1923

Una señorita de Tlaquepaque

continúa durmiendo

tiene 20 días

Se piensa que es una enfermedad contagiosa

El presidente de República Naranja

General Álvaro Obregón

comunica que las empresas ferroviarias

deberán considerar un 10% de sus ingresos –bruto–

de pasajes / de carga express / de lo que se arrastre

en sus servicios

El Dr. Maum viene de Estados Unidos

para revisar nuestras naranjas

Si tiene plaga la naranja no será el Palacio Nacional

antesala del cementerio para presidentes

México

cuenta con menos territorio del que tenía

porque se lo quitaron

no porque lo haya vendido

Mientras tanto 

El ministro de Gobernación

Plutarco Elías Calles

abandonó la capital hoy

para asistir al enlace de su hijo 

 

Elena Gómez de Valle es autora de Animalitos en la leche (Grafógrafxs, poesía), Mascotas-Generación X (PECDA 2018), Zapalinamé (Premio Estatal Coahuila de cuento infantil ilustrado). Su poema “Mazmorra” fue seleccionado para leerse en el Palacio de Bellas Artes (COMUARTE) y para publicarse en Poets Reading the News. Sus textos están publicados en varias antologías.

 

 

Poemoide calzado 

Juntas pesan 500 gramos. Son grises y bordó, de cuero vacuno y goma. Marca Adidas número 43. Adentro llevan, a veces, 75 kilos de humanidad y a veces, 75 kilos de dudas.

 

Siguiente estación 

El tren es un mar oído

desde adentro produce su canto

de entrañas de hierro

 

los durmientes resisten cada viaje

en el sueño de sus destinos

una voz sin cuerpo anuncia fantasmal

tu llegada como todo lo que suena

a repetición y perseverancia

 

el tren no es el fantasma

mecanismo sólido con voz

de aire y agua agitada

 

esperamos en el andar el desgaste

definitivo para que descarrilar no sea

un estruendoso accidente

sino el último camino juntos.

 

Manifiesto del transporte público

Hace cien años atrás hacían huelga

los tranviarios de Chapultepec por mejores

condiciones laborales el gobierno especulaba

necesidades de la clase obrera

 

como ahora

cien años después los paros

del transporte público en Buenos Aires

indican el mundo no rueda y cada tanto se

interrumpe

funciona en la permanente interrupción

 

y cada tanto

como si agarrara una buena pendiente

en bajada

avanza.

 

Fernando Abraham Mendoza, nacido el 27 de enero de 1980 en la Ciudad de Quilmes, Buenos Aires. Actualmente es profesor de Lengua y Literatura. Desde hace dos años asiste al taller de poesía coordinado por Andi Nachón.

 

 

Reseña de mi obra “literaria” 

Engañosamente grueso, el intento de resma integrado por hojas recicladas, algunas, tachadas otras, duplicadas muchas, es el reflejo de la entropía y diversidad de intereses que caracteriza al autor. Esta diversidad se plasma tanto en género y estilo, como en tipografía y acomodo. Una obra en constante revisión y ordenamiento, pero con adiciones poco frecuentes, no está exenta de lugares comunes e intentos, muchos de ellos fallidos y por encargo. Una obra siempre honesta y pujante que si bien nos traza el camino que ha tomado el autor, muestra también la marginalidad que ocupa en su vida, la escritura, que, no obstante el olvido, lucha por ver la luz.

 

Silencio

 There ain’t nothin’ short of dyin’/ half as lonesome as the sound/ of the sleepin’ city sidewalks/ sunday mornin’ comin’ down.        

Kris Kristofferson.

 

Abro la ventana para dejar entrar el domingo. Recibo una avalancha de silencio. Como el

tinnitus, me distrae el ruido sordo, constante, de la adrenalina causada por saber que el

lunes espera agazapado, su momento de atacar.

 

     Un par de loros huastecos irrumpen el silencio, anunciando su paso. Siempre en par,

siempre haciendo escándalo, llegan temprano en el día pero tarde en la temporada. Es

demasiado caluroso y seco para ser otoño y eso confunde. En la copa de un árbol de mango

veo a un colibrí. Logro escuchar a las chicharras y de fondo, a una podadora. ¿O será el

Tinnitus?

 

     De este lado de la ventana, silencio. Quedamos pocos para hacer ruido a esta hora.

Ya no hay quien vea series matutinas o se desmañane por una carrera de Fórmula 1 o una

final de tenis. Nadie que proponga armar un rompecabezas o jugar un juego de mesa.

Menos aún quien me despierte para invitarme a jugar Lince o el interminable Monopoly.

Hace mucho que no se escucha a alguien invitar a jugar a las luchas, a las escondidas, al

restaurant o a las muñecas. El ruido sigue, pero se ha mudado. Se ha transformado. Viaja 

ahora en videollamadas, notas de voz o llamadas telefónicas. Se ha tornado en debates,

opiniones, dudas y puntos de vista. Solo no han cambiado las risas y los llantos.

     Le doy la bienvenida al silencio a la vez que lo maldigo. Lo aprovecho. Lo

despilfarro. Lo temo. Lo acepto. Me siento culpable por disfrutarlo. Hago las paces con él

deseando que el ruido que hicimos por tanto tiempo resuene y no sea acallado por el

silencio que ahora ensordece mi mañana dominical.

 

Guadalajara, 11 de febrero del 72 

• Los cadáveres se muestran en tercera plana. Son vietnamitas, extranjeros y lejanos, culpa de los gringos.

• La 48 vertical era “Isla inglesa en el mar de Irlanda”.

• Unos zapatos Canadá costaban $140.

• El Fantasma era de nuevo rescatado por Diablo.

• Una secretaria bilingüe ganaba $2,500, anunciando ya la inmovilidad social.

• Nos preocupaban con la nota: “Recluido en su residencia, está delicadito de salud el jovencito José Rubén Silva Santana, por lo que sus familiares y amistades le desean pronto alivio.”

• La mercadotecnia no dominaba aún el cine.

• No había empacho, miedo ni trauma en anunciar que la señorita Janny Olvera, “por vía rápida salió para el puerto de Acapulco, donde estará unos días de recreo…”.

• Teclear una novela en máquina de escribir costaba 13 pagos de $320.

• Ripley, seguí asumiendo que no le creeríamos.

• Sin necesidad de decir “presunto”, cambiarles el apellido por “N” o colocarles un cuadro negro sobre los ojos en la fotografía, se afirmaba que “Estos tres individuos de mala catadura y gran desfachatez, fueron autores de un asalto registrado en la madrugada…”.

• Se anunciaba el 14 de febrero como el “día de los novios”, exentando a casad@s de comprar regalos… por lo menos a sus espos@s…

• Me decepcionó enterarme que una agrupación llamada “Silva Mind Control de México, S.C. ” se dedicara a la capacitación de secretarias y no a la dominación mundial.

 

Frederick Armstrong. Tampico, Tamaulipas, 1972. Contador Público con estudios en Literatura Iberoamericana, Literaturas Mexicanas en Lenguas Indígenas, Escritura Creativa y Teología. Ha colaborado con periódicos del norte de México y en las publicaciones de la Universidad Iberoamericana, el Instituto Cultural Tampico, pastoralsj.org y en la página de la Escuela de Escritura de la UNAM.

 

 

Reseña: Se vende texto de pequeño príncipe que habita en diminuto planeta. Escrito por un piloto francés enloquecido que gusta de dibujar corderos y serpientes devorando elefantes. Libro de pasta blanda que consta de 102 páginas. 

 

Viajante

Los sonidos de alguna forma están ligados con nuestros recuerdos. Por ejemplo, el pitido del tren me recuerda que a los cuatro años de edad, cuando regresábamos de una fiesta familiar, una masa de fierro arrolló el auto en que viajábamos y lo empujó  cerca de 100 metros más adelante. El chofer, según las noticias, quedó con el volante incrustado en el estómago y dos de los pasajeros gravemente heridos. Uno de los niños desapareció. 

     Yo, adormilado, alcancé a escuchar el chirrido de las ruedas del tren, gritos, un golpe fuerte y después silencio, inacabable silencio. Cuando desperté, me encontraba en el techo de una locomotora y no sabía que hacía ahí. Mi cara estaba hinchada y mi labio superior, partido en dos. Había claridad en el cielo y a medida que el tren se alejaba oía a lo lejos el canto de los gallos y una variedad incontable de pájaros, ladridos de perros, voces de niños. Hubiera querido bajarme a jugar con ellos, pero no recuerdo donde olvidé la otra parte de mi cuerpo.   

 

De la no tan roja

Disfrazado de abonero

te presentaste temprano 

y la encontraste en la casa

descalza 

de la cintura pa’bajo. 

 

Te abalanzaste furioso

sobre el amante espontáneo

tres navajazos de día

pa’ que aprenda a comportarse

y te juyiste enseguida

dejándola a ella con vida.

 

José Zurita. Periodista y microcuentista de la Ciudad de México, actualmente radica en Chicago, activo miembro de los talleres literarios de contratiempo.

 

 

Sobre una composición de Chris Watson

Tengo entendido que, en las noches, hace más frío que en la capital y que, mientras el tren se mueve a máxima velocidad rumbo a su inalcanzable horizonte, el viento helado de la pradera corta todo a su paso. También me contaron que, a veces, las puertas se abren y se cierran de improviso en cada vagón y que algunas personas caminan medio dormidas cuando la noche ha alcanzado su límite de oscuridad, y que de sus labios brotan palabras informes, casi como el sollozo o el gruñido de una criatura en desgracia. Déjame advertirte que, pase lo que pase, debes mantener cerrada la puerta de tu cabina, incluso si llegas a escuchar que los rieles se han detenido o que una voz fatigada anuncia el final de tu viaje. Es importante que, cuando las luces se hayan apagado y parezca que a través del silencio respira algo más, aprietes con fuerza el talismán que comparto contigo. No vaciles. Apriétalo como si tu vida dependiera de ello. Tampoco asomes tu cabeza por las ventanas (baja las cortinas de ser posible). No obstante, si cedes, recuerda que quien te mira a través de los cristales no soy yo, pese a que seas capaz de reconocer mi mirada perdida o la lenta cadencia con la que pronunció las palabras. Si eso ocurre, cierra los ojos y sostén el amuleto firme entre tus manos, e invoca la protección de la virgen. No abras los ojos aunque sientas que las sombras te observan y se ciernen a tu alrededor, y que unas manos que no son de este mundo te ciñen la cintura o palpan tu rostro desde la ceguera de la noche. Recuerda que el empleado que recorre los pasillos del tren lleva una linterna e ilumina con ella los rostros convulsionados de los pasajeros en el piso. Recuerda también que ese hombre escucha con paciencia sus últimas palabras o, por lo menos, intenta descifrarlas, y que es él quien arroja sus cuerpos desde el tren en movimiento a la espera del amanecer.   

 

 

Piden los vecinos de Sayula no pagar un impuesto (19-10-1923) 

Y, en efecto, señor gobernador,  

se pudo comprobar que sus reclamos eran justos, 

que cuando solícitos 

afirmaban 

 

que incluso quienes creían  

pagar humildemente sus arbitrios

 

están de acuerdo. 

 

Resultaba inadmisible

que intentaran suscribir esa medida por la fuerza 

 

Inadmisible 

que todas sus alegrías 

pudieran encontrar alguna ruta 

 

que no sea el holgado camino que lleva hacia la muerte 

 

(con seguridad desconocido por los ministerios).

 

Suscrito por numerosos comerciantes, empleadas, motorizados, pilotos de aeroplanos, industriales, propietarios, marinos mercantes, empleados de saco y de corbata 

 

hombres y mujeres de la ciudad de Sayula

personas que reposan ante la chimenea de sus casas 

 

que atienden desesperadamente el teléfono sin irritarse sin morderse los labios escuchando en silencio las sensatas indicaciones del personal médico 

 

que tocan sus corazones considerando sin vacilación

el tiempo que resta

 

Señor gobernador, 

un memorial será enviado a la Cámara de Diputados

 

un memorial solicitando que no se apruebe 

el impuesto sugerido para llevar a cabo 

 

diversas mejoras a la urbe

 

Es un hecho fuera de toda discusión que esta ciudad, 

como todas las ciudades del mundo, 

carecen de lo indispensable para concebir una solución a este reclamo

 

y somos los primeros en reconocerlo 

 

magnífico sería implantar el buen sentido, la calma 

a nuestras autoridades.

 

Lisandro Solís. Perú, 1983. Licenciado en Literatura por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Cursa la maestría de Literatura Hispanoamericana en la Pontificia Universidad Católica del Perú. 

 

 

Tajín (a partir de un audio) 

Terapia de sonidos, sonido de grillos y saltamontes invitando a las hembras en dulce apareamiento

ante aturdimiento al oído humano, y al unísono los monos aulladores anuncian la llegada de la

noche… las palomas con su cu–cu–cu–cu parecen atenuar todo sonido de selva, de vida,

dando paso a remanso de paz, que sucumbe al renacer de cada mañana como reto a la vida,

como reto a la serpiente de metal con sonido sin lengua bífida, que se desliza sobre rieles de

engañosa delgadez alejándose entre los sonidos de insectos, ranas y aves nocturnas que son

cómplices de la más bella sinfonía de la selva que mitiga el sonido de aquélla:

la gran serpiente de metal.

 

 

CABLES DE TODO EL MUNDO (Domingo 30 de diciembre de 1923, EL INFORMADOR)

GABINETE DEL PAÍS NIPÓN RENUNCIA EN MASA

La decisión se toma con motivo del frustrado asesinato en contra del príncipe heredero  Hiroshito, asumiendo la responsabilidad de dicho atentado al jefe del gabinete.

Al mismo tiempo el ex­-gobernador de Prusia, condenado a trabajos forzados por la Corte Marcial Francesa, por ser cómplice de los motines separatistas

Y no menos importante es el anuncio de inspección a las compañías de carne de Chicago ordenadas por la Corte del Distrito, a través de una petición de mandato al Procurador General Daughtory, aún no sabiéndose cuál fue el motivo de dicha petición.

En medio de tantas noticias que presentan un mundo en conflicto, se da a conocer la boda de la afortunada señorita Leonor Marita Green de New York, con el príncipe VIOO.

Contra la anemia: sólo tome vino San Julián, literal el anuncio

Y no olvidar a la Col. Reforma la más hermosa de Guadalajara, donde podemos constatar que la venta de lotes y la facilidad de pagos es una vieja práctica.

Lo más asombroso es descubrir en este periódico digital, que ya se lidiaba con fiebres palúdicas como dice el artículo, además cuando leo que los laxantes ya los usaban, pienso en la abuela que nos curaba de empacho y no precisamente con los laxantes del Dr. Hess, conocida como Hess Limpialax, curiosamente también se recomendaba usar las pastillas del Dr. Lovett, para las personas que vivían según ellos en zonas lúdicas donde se sufría de fiebres, pienso que ahora a esas fiebres y afecciones se les conoce como DENGUE, no estaban tan equivocados, las fiebres palúdicas eran provocadas por las picaduras de zancudos, y nos contagiaban según en aquellas fechas enviciando la sangre de la persona picada por el mosquito.

Periódico El Informador, costo: sólo 10 centavos.

 

Lorena Figueroa Casarrubias. Tengo una licenciatura en Biología; viví en Chicago por catorce años; hace cuatro años regresé a México. Durante el tiempo que viví en Chicago formé parte del Proyecto Odisea por tres años implementado por el Departamento de Humanidades de Illinois, también asistí a los talleres de contratiempo. Actualmente radico en la Ciudad de Puebla, México.

 

 

Reseña a partir de una imagen: Probablemente de la cultura “uni” Costa de Marfil. Siglo XX. Cuero de vaca, conchas y fibra. La cara que no veo en lo oscuro y no me deja dormir.

Face Mask, 20th century
Probably Ubi; Côte d’Ivoire. Private collection, Belgium. Photo by Hughes Dubois

 

Sin título 

Luna dormida

Guiño, llama de agua

Un lago de luz

 

Luis Cazarín. Se gana la vida como traductor, hablando español (versión Ciudad de México) con pacientes que no hablan inglés, en cierto hospital de dudosa reputación. Le gusta escribir sin pena ni gloria.

 

                                                                                                                               

Razón. Editorial Vida. 3/7/11

Cuadrado como su padre. Pesa menos que él. Huele al desenfadado tumulto de camisetas, pelotas y raquetas en el asiento posterior del auto, su oficina. Sus enormes ojos iluminan la esperanza lograda, con arrebato interrumpida por temores punzocortantes y responsabilidades ambiguas, cotidianas, y cambiantes

  

Tempos (originado del escuchar)

Detonaciones sonoras de frenesís infantiles de domingo en el parque, del subir y bajar de columpios que emboscan la ventana entreabierta, del ir y venir en el transcurrir del tiempo en el espacio. Ecos telegráficos que sitian, retumbando por distancias dispares.

Los gritos arriban como comandos sobre el refunfuñar simétrico del abanico que atrincherado atenta e intenta rebatirlos, que resguarda al tedio acorazado contra primicias eufóricas de virajes inocentes, parvularios.

Doble ataque al corazón a varias voces, a dos distancias, a quema ropa.

 

Fun (a partir de un reporte de periódico) 

Ocurre en el oscuro albedrío de una rumana en busca de intensidades seguras

Desabrocha el cinturón del asiento del autobús que eufórico incita, con gigantescos panoramas ambulantes de la Barranca del Cobre: “Conozca Chihuahua y su Gente.”

 

Sus europeas manos, dos apenas, se apoyan en los antebrazos del asiento y exaltada se erige ante lo incierto.

 

Espera a que los adormilados pasajeros adelante peregrinen, entumecidos, rumbo a la puerta del autobús. Decide osada que se permitirá tomar el drink que el mesero del restaurante le proponga, cualquiera que sea.

 

Víctor Ortiz. Originario de su siempre añorada Ciudad Juárez, fue un exiliado académico en Chicago por tres décadas como profesor universitario y ahora feliz padre enraizado por su hijo en la ciudad de los vientos. Escribe poesía en busca de certezas no lineales pero contundentes.